domingo, 24 de febrero de 2013
Las fachadas hacen la carga más pesada
Hoy recuerdo mi niñez, a mis amigos, mis maestros, no necesitaba de
más libertad pues la tenía, tampoco necesitaba mentir, mis padres eran
excelentes amigos a los que les podía confiar el más mínimo detalle, sin
embargo voy creciendo y veo a mucha gente con tremendas fachadas en su
personalidad que le impide tener una vida sencilla, plena de alegría, de
frescura, de amor, de entrega y de un deseo inmenso de servir a los demás
para vivir siempre.
Así, pasa en muchos matrimonios, adornan su
"felicidad" con una tremenda fachada para dar la impresión de que
todo marcha muy bien, y uno se pregunta ¿a quién
engañan?, sencillamente a nadie, los engañados son los que se
disfrazan por el día para ocultar lo que sucede de noche.
He tratado de vivir sin mascaras ni fachadas y he logrado ser feliz,
enfrento las peores situaciones con una confianza plena en mi Padre, bueno,
solicitándole que me haga sencillo y honesto. Sencillo para compartir con
los demás y honesto para sentirlos de igual a igual.
Cuando se actúa así las fachadas sobran, y la gente
no se fijará en nuestra belleza física, sino en la dulzura de nuestro
corazón.
Fin.
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