domingo, 24 de febrero de 2013

Mensaje de las estrellas


Existían millones de estrellas en el cielo.

Estrellas de todos los colores: blancas, plateadas, verdes, doradas, 
rojas, azules. 




Un día, inquietas, ellas se acercaron a Dios y le dijeron: 

- Señor Dios, nos gustaría vivir en la tierra entre los hombres.




- Así será hecho, respondió el Señor.

Las conservaré a todas ustedes pequeñitas, como son vistas para que 
puedan bajar a la tierra. 

Cuéntase que, en aquella noche, hubo una linda lluvia de estrellas.



Algunas se acurrucaron en las torres de las iglesias, otras fueron a 
jugar y a correr junto con las luciérnagas por los campos, otras se 
mezclaron con los juguetes de los niños y la tierra quedó 
maravillosamente iluminada. 



Pero con el pasar del tiempo, las estrellas decidieron abandonar a los 
hombres y volver para el cielo, dejando la tierra oscura y triste.



- Por qué volvieron? Preguntó Dios, a medida que ellas iban 
llegando al cielo.

- Señor, no nos fue posible permanecer en la tierra, allí existe mucha 
miseria y violencia, mucha maldad, mucha injusticia.



Y el Señor les dijo: - Claro! El lugar de ustedes es aquí en el 
cielo.

 La tierra es el lugar de lo transitorio, de aquello que pasa, de aquello 
que cae, de aquel que yerra, de aquel que muere, nada es perfecto.

 El cielo es el lugar de la perfección, de lo inmutable, de lo eterno, 
donde nada perece.



Dios habló de nuevo:

- Nos está faltando una estrella. Será que se perdió en el camino? Un 
ángel que estaba cerca replicó: 



- No Señor, una estrella resolvió quedarse entre los hombres.

Ella descubrió que su lugar es exactamente donde existe la imperfección, 
donde hay límite, donde las cosas no van bien, donde hay lucha y dolor.



- Que estrella es esa? Volvió Dios a preguntar. 

- Es la Esperanza Señor.

La estrella verde.

 La única estrella de ese color.



Y cuando miraron para la tierra, la estrella no estaba sola.

La tierra estaba nuevamente iluminada porque había una estrella verde en 
el corazón de cada persona.



Porque el único sentimiento que el hombre tiene y Dios no necesita 
retener es la esperanza.

 Dios ya conoce el futuro y la Esperanza es propio de la persona humana, 
propia de aquel que yerra, de aquel que no es perfecto, de aquel que no 
sabe 

como será el futuro. Recibe en este momento esta estrellita en tu 
corazón, la esperanza, tu estrella verde.

 No dejes que ella huya y no permitas que se aparte.



Ten certeza que ella iluminará tu 
camino, sé siempre positivo y agradece a Dios todo. 

Se siempre feliz y contagia con tu corazón iluminando a otras personas


Fin,

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